jueves, 6 de julio de 2017


Libro de Isaías
  Isaías 1:1 identifica al autor del libro de Isaías como el Profeta Isaías.

Fecha de su Escritura: El libro de Isaías fue escrito entre el 701 y el 681 a.C.

Propósito de la Escritura: El Profeta Isaías fue primeramente llamado a profetizar al reino de Judá. Judá había estado atravesando por tiempos de avivamiento y tiempos de rebelión. Judá había estado amenazado con destrucción por Asiria y Egipto, pero fue preservado por la misericordia de Dios. Isaías proclamó un mensaje de arrepentimiento del pecado y expectativas de esperanza en la liberación de Dios en el futuro.

Versos Clave: Isaías 6:8, “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.”

Isaías 7:14, “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

Isaías 9:6, “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”

Isaías 14:12-13, “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte.”

Isaías 53:5-6, “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”

Isaías 65:25, “El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.”

Breve Resumen: El Libro de Isaías revela el juicio y la salvación de Dios. Dios es “santo, santo, santo.” (Isaías 6:3) y por tanto, Él no puede permitir que el pecado quede impune (Isaías 1:2; 2:11-20; 5:30; 34:1-2; 42:25). Isaías describe el juicio venidero de Dios como un “fuego consumidor” (Isaías 1:31; 30:33).

Al mismo tiempo, Isaías comprende que Dios es un Dios de misericordia, gracia, y compasión (Isaías 5:25; 11:16; 14:1-2; 32:2; 40:3; 41:14-16). La nación de Israel (ambas Judá e Israel) están ciegos y sordos a los mandamientos de Dios (Isaías 6:9-10; 42:7). Judá es comparado con una viña que debe ser, y será pisoteada (Isaías 5:1-7). Solo por Su misericordia y Sus promesas a Israel, Dios no permitirá que Israel o Judá sean completamente destruidas. Él traerá sobre ambas restauración, perdón, y sanidad (43:2; 43:16-19; 52:10-12).

Más que ningún otro libro en el Antiguo Testamento, Isaías se enfoca en la salvación que vendrá a través del Mesías. Un día, el Mesías regirá con justicia y juicio (Isaías 9:7; 32:1). El reinado del Mesías traerá paz y seguridad a Israel (Isaías 11:6-9). A través del Mesías, Israel será una luz para todas las naciones (Isaías 42:6; 55:4-5). El reino del Mesías en la tierra (Isaías capítulos 65-66) es la meta hacia la cual señala todo el Libro de Isaías. Es durante el reinado del Mesías que la justicia de Dios será totalmente revelada al mundo.

En una aparente paradoja, el Libro de Isaías también presenta al Mesías como uno que sufrirá. Isaías capítulo 53 describe vívidamente el sufrimiento del Mesías por el pecado. Es a través de Sus heridas que la sanidad es alcanzada. Es a través de Su sufrimiento que nuestras iniquidades son borradas. Esta aparente contradicción es resuelta en la Persona de Jesucristo. En Su primera venida, Jesús fue el siervo sufriente de Isaías capítulo 53. En Su segunda venida, Jesús será el Rey conquistador y soberano, el Príncipe de Paz (Isaías 9:6).

Referencias Proféticas: Como antes mencionamos, el capítulo 53 de Isaías describe la venida del Mesías y el sufrimiento que Él soportaría con el fin de pagar por nuestros pecados. En Su soberanía, Dios orquestó cada detalle de la crucifixión para cumplir cada profecía de este capítulo, así como otras profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. La imagen del capítulo 53 es conmovedora y profética, y contiene un cuadro completo del Evangelio. Jesús fue despreciado y rechazado (v.3; Lucas 13:34; Juan 1:10-11), azotado por Dios (v.4; Mateo 27:46), y herido por nuestras rebeliones (v.5; Juan 19:34; 1 Pedro 2:24). Por medio de Su sufrimiento, Él pagó el castigo que nosotros merecíamos y se convirtió por nosotros en el último y perfecto sacrificio (v.5; Hebreos 10:10). Aunque Él fue sin pecado, Dios puso en Él nuestro pecado, y nosotros fuimos hechos justicia de Dios en Él (2 Corintios 5:21).

Aplicación Práctica: El Libro de Isaías nos presenta a nuestro Salvador con innegable detalle. Él es el único camino al cielo, el único medio para obtener la gracia de Dios, el único Camino, la única Verdad, y la única Vida (Juan 14:6; Hechos 4:12). Sabiendo el precio que Cristo pagó por nosotros, ¿cómo podríamos descuidar o rechazar “una salvación tan grande”? (Hebreos 2:3). Tenemos solo unos pocos cortos años en la tierra para venir a Cristo y abrazar la salvación que solo Él ofrece. No hay una segunda oportunidad después de la muerte, y la eternidad en el infierno es un tiempo muy, muy largo.

¿Conoces a gente que declara ser creyente en Cristo y que son dos caras, que son hipócritas? Ese es tal vez el mejor resumen de cómo Isaías vio a la nación de Israel. Israel tenía una apariencia de rectitud, pero sólo era una fachada. En el Libro de Isaías, el Profeta Isaías desafía a Israel a obedecer a Dios con todo su corazón, no solo en el exterior. El deseo de Isaías era que aquellos que oyeran y leyeran sus palabras fueran convencidos de volverse de su maldad e ir a Dios para el perdón y la sanidad.