miércoles, 13 de septiembre de 2017
"¿Qué significa usar vanas repeticiones en la oración?"
Jesús dijo en el sermón del monte: "Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos" (Mateo 6:7). La palabra vana significa "vacío" o "inútil"; por lo tanto, Jesús nos está advirtiendo que la repetición inútil de frases en nuestras oraciones no ayudará a que sean escuchadas por Dios. Nuestro padre celestial no está preocupado con el número de palabras, las expresiones poéticas o mantras; él "ama la verdad en lo íntimo" (Salmo 51:6).
Jesús señala que el uso de palabras o frases repetitivas, es una práctica "pagana" o "idólatra" y no debe ser parte de la oración cristiana. Nuestras oraciones debe ser más bien como la oración corta y sencilla de Elías en el monte Carmelo y menos como las oraciones prolongadas y repetitivas de los profetas de Baal (ver 1 Reyes 18:25-39).
Cuando oramos, estamos hablando con Dios y adorándolo. Es como una conversación del corazón. Muchas religiones, incluyendo algunas ramas del cristianismo, tienen oraciones rutinarias que aconsejan que se repitan una y otra vez. Algunas iglesias llegan incluso a exigir a sus miembros que reciten una oración específica cierta cantidad de veces a fin de ser absueltos de pecado. Este es paganismo y superstición; tales oraciones formuladas son "vanas repeticiones" que no tienen lugar en la iglesia. Jesús ya ha expiado nuestros pecados una vez y para siempre (Hebreos 10:10), y podemos acercarnos al trono de la gracia con confianza basados en el sacrificio de Cristo (Hebreos 4:15-16), no por causa de nuestra "mucha palabrería" (Mateo 6:7).
Es fácil quedar atrapado en vanas repeticiones, repitiendo las mismas palabras en nuestras oraciones, en vez de pensar en nuestras palabras o dejar que salgan del corazón. Debemos estar centrados en Dios cuando oramos y honrarlo en nuestros corazones. En Isaías 29:13, Dios dice, "Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí.…".
La advertencia de Jesús contra las vanas repeticiones, significa que debemos evitar palabras vanas, sin sentido y además la repetición en nuestras oraciones. Repetir cosas ocupa tiempo, pero no es una prueba de nuestra devoción, ni tampoco mejora nuestras posibilidades de que Dios nos está escuchando. Debemos enseñar a nuestros hijos a una edad temprana a orar de una manera natural, conversacional y con reverencia hacia aquel a quién están orando.
El ser persistentes en la oración no es lo mismo que usar vanas repeticiones. No hay nada malo con orar por lo mismo más de una vez (ver 2 Corintios 12:8). Después de todo, Jesús nos enseñó que debemos "orar siempre, y no desmayar" (Lucas 18:1). Pero se entiende que nuestras oraciones deben ser del corazón, espontáneas y que honren a Dios, no la repetición de palabras escritas por alguien más.
La biblia nos enseña a orar con fe (Santiago 1:6), en la dirección directa a Dios (Mateo 6:9), y en el nombre de Jesús (Juan 14:13). Debemos ofrecer nuestras oraciones con reverencia y humildad (Lucas 18:13), con perseverancia (Lucas 18:1), y en la sumisión a la voluntad de Dios (Mateo 6:10). La biblia nos enseña a evitar las oraciones que son hipócritas, diseñadas solamente para ser escuchadas por los hombres (Mateo 6:5), o a apoyarnos en vanas repeticiones (Mateo 6:7).