jueves, 2 de febrero de 2017

EL CASO DE ROBOAM Y LOS PRÍNCIPES.





                                          EL CASO DE ROBOAM Y LOS PRÍNCIPES. 

2da. de Crónicas 2:1 Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y todo Israel con él.  12:2 Y por cuanto se habían rebelado contra Jehová, en el quinto año del rey Roboam subió Sisac rey de Egipto contra Jerusalén ,  12:3 Con mil doscientos carros, y con sesenta mil hombres de a caballo: mas el pueblo que venía con él de Egipto, esto es, de libios, suquienos, y etíopes, no tenía número. 12:4 Y tomó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén .  12:5 Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac. 12:6 Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová.  12:7 Y cuando Jehová vió que se habían humillado, fue palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac. 12:8 Pero serán sus siervos; para que sepan lo que es servirme a mí, y que es servir a los reinos de las naciones. 
 
EL CASO DE MANASES. 
2da. de Crónicas 33:1 De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén.
33:2 Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel:  33:3 Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos, y les rindió culto. 33:10 Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, mas ellos no escucharon:  33:11 por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia.
33:12 Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres.  33:13 Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración, y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios.
33:14 Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David, al occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado, y amuralló Ofel, y elevó el muro muy alto; y puso capitanes de ejército en todas las ciudades fortificadas de Judá.
33:15 Asimismo quitó los dioses ajenos, y el ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte de la casa de Jehová y en Jerusalén , y los echó fuera de la ciudad. 33:20 Y durmió Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar Amón su hijo.  33:21 De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y dos años reinó en Jerusalén .
33:22 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre; porque ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que su padre Manasés había hecho.
33:23 Pero nunca se humilló delante de Jehová, como se humilló Manasés su padre; antes bien aumentó el pecado.
33:24 Y conspiraron contra él sus siervos, y lo mataron en su casa.

EL CASO DEL HIJO PRODIGO.
Lucas  15:11 También dijo: Un hombre tenía dos hijos;
15:12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes.
15:13 No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente.
15:14 Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle.
15:15 Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos.
15:16 Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba.
15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!
15:18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.
15:19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.
15:20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
15:21 Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
15:22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
15:23 Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta;
15:24 porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

EL CASO DEL PUBLICANO Y EL FARISEO.
Lucas 18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano.
18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
18:13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
18:14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

 EL CASO DE DAVID CUANDO OFENDIÓ A DIOS CON SU PECADO.
 Los Salmos 51:1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.51:2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 51:3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 51:4 Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. 51:5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. 51:6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. 51:7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. 51:8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. 51:9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 51:11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. 51:12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente. 51:13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.