martes, 6 de junio de 2017
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene” (Colosenses 3:1-6).
Aunque mucho más que una lista de mandatos positivos y negativos, la Biblia nos da instrucciones detalladas sobre cómo vivir como debería el cristiano. La Biblia es todo lo que necesitamos para saber cómo vivir la vida cristiana. Sin embargo, la Biblia no trata explícitamente cada situación que podamos enfrentar en nuestras vidas. ¿Cómo, entonces, es suficiente? Esto es el por qué de la ética cristiana.
La ciencia define la ética como, “una colección de principios morales, el estudio de la moralidad.” Por lo tanto, la Ética Cristiana consiste de los principios, derivados de la fe cristiana, por los cuales actuamos. Mientras la Palabra de Dios no trata cada situación que podamos enfrentar a través de nuestras vidas, sus principios nos dan un estándar por el cual debiéramos conducirnos en tales situaciones donde no hay instrucciones explícitas. Por ejemplo, la Biblia no dice nada explícitamente del uso de las drogas ilegales, pero basado en principios que aprendemos a través de las Escrituras, podemos saber que esto es malo.
Por un lado, la Biblia nos dice que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo y que debiéramos honrar a Dios a través de ello (1 Corintios 6:19-20). Sabiendo lo que estas drogas hacen a nuestros cuerpos - el daño que causan a varios órganos - sabemos que al usarlos estaríamos destruyendo el templo del Espíritu Santo. Esto seguramente no honra a Dios. La Biblia dice también que debiéramos someternos a las autoridades que Dios Mismo ha puesto sobre nosotros (Romanos 13:1). Ya que estas drogas son ilegales, al usarlas, no estamos sometiéndonos a las autoridades, sino rebelándonos contra ellos. ¿Significa esto que si estas drogas ilegales fuesen legalizadas entonces estaría bien usarlas? No sin violar el primer principio.
Por usar los principios que encontramos en las Escrituras, los cristianos pueden determinar el camino que debieran seguir en cada situación. En algunos casos será fácil, como los reglamentos para la vida cristiana que encontramos en Colosenses, el capítulo 3. En otros casos, sin embargo, necesitaremos estudiar la situación con más profundidad. La manera absolutamente mejor para hacer esto es el orar sobre lo que dice la Palabra de Dios. El Espíritu Santo mora en cada creyente, y uno de Sus papeles es enseñarnos cómo vivir: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26). “Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él” (1 Juan 2:27). Entonces cuando oramos sobre las Escrituras, el Espíritu nos guía y nos enseña. Él nos indicará el principio sobre el cual necesitamos basar nuestra decisión en cada situación dada.