lunes, 12 de junio de 2017

LOS HIJOS




"¿Qué dice la Biblia acerca del control natal? ¿Pueden los cristianos utilizar métodos para el control natal?"

   
El hombre fue comisionado por Dios para “crecer y multiplicarse” (Génesis 1:28) y el matrimonio fue instituido por Dios como un ambiente estable para tener y criar a los niños. En nuestra sociedad, con frecuencia los niños son considerados como una carga y un fastidio. Estorban el desarrollo de las carreras profesionales de la gente y sus metas financieras, además de “obstruir su vida social”. Con mucha frecuencia la raíz del uso de anticonceptivos es el egoísmo.

Génesis 38 nos habla de los hijos de Judá, llamados Er y Onán. Er se casó con una mujer llamada Tamar, pero él fue un hombre malo, y el Señor le quitó la vida, dejando a Tamar sin esposo e hijos. Tamar fue dada en matrimonio al hermano de Er, Onán, de acuerdo con la ley matrimonial del levirato en Deuteronomio 25:5-6. Onán no quería compartir su herencia con ningún niño que pudiera engendrar con Tamar a favor de su hermano, así que practicaba la antigua forma de control natal. Génesis 38:10 dice “Y desagradó en ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.” La motivación de Onán era egoísta; él utilizaba a Tamar para su propio placer, pero se rehusaba a cumplir con su deber “de hermano” de procrear a un heredero por su hermano muerto. Este pasaje es señalado con frecuencia como la evidencia de que Dios no aprueba el control natal. Sin embargo, no era el acto de anticoncepción lo que causó que el Señor matara a Onán, sino más bien los egoístas motivos de Onán detrás de esta acción.

Estos son algunos versos que describen a los hijos desde la perspectiva de Dios. Los hijos son un regalo de Dios (Génesis 4:1; Génesis 33:5). Los hijos son una herencia del Señor (Salmo 127:3-5) Los hijos son una bendición de Dios (Lucas 1:42). Son corona de la vejez (Proverbios 17:6). Dios bendice con hijos a la mujer estéril (Salmo 113:9; Génesis 21:1-3; 25:21-22; 30:1-2; 1 Samuel 1:6-8; Lucas 1:7, 24-25). Dios forma a los hijos en el vientre (Salmo 139:13-16). Dios conoce a los hijos desde antes de su nacimiento (Jeremías 1:15; Gálatas 1:15).

Es importante ver a los hijos como Dios los ve, no como nos dice el mundo que deberíamos verlos, habiendo dicho que, la Biblia no prohíbe la anticoncepción. Por su definición, la anticoncepción es simplemente lo opuesto a la concepción. No es el acto de anticoncepción en sí mismo lo que determina si está bien o mal. Como lo aprendemos de Onán, es la motivación detrás de la anticoncepción lo que determina si está bien o mal. Si una persona practica la anticoncepción porque esto hará que tengan más para ellos mismos, entonces está mal. Si una persona practica la anticoncepción para retrasar la llegada de los hijos hasta que está más madura y más preparada espiritual y financieramente, entonces quizá es aceptable el uso de anticonceptivos por un tiempo. Nuevamente, todo regresa a su motivación para hacerlo.

La Biblia siempre presenta el tener hijos como una cosa buena. La Biblia “espera” que el esposo y la esposa tengan hijos. La inhabilidad para tener hijos siempre es presentada en la Escritura como una cosa mala. No hay nadie en la Biblia que exprese el deseo de no tener hijos. Nosotros creemos definitivamente que todas las parejas casadas deben buscar el tener hijos. Al mismo tiempo, no creemos que pueda haber un argumento bíblico que califique explícitamente como malo el uso del control natal por un tiempo. Todas las parejas casadas deberían buscar la voluntad del Señor al considerar cuándo deberían tratar de tener hijos, y cuántos buscarían tener.